A partir del 1º de enero de 2012 se elimina por completo el Impuesto Federal sobre la Tenencia o Uso de Automóviles gracias a que el gobierno del Presidente Felipe Calderón promovió ante el Congreso de la Unión y publicó en 2007 un Decreto para suprimir la Ley del Impuesto sobre Tenencia o Uso de Vehículos. En adelante, los estados y el Distrito Federal ya no tendrán porqué cobrar este impuesto a menos que decidan crear uno similar a nivel local. [1]
La tenencia es una contribución que han pagado año con año los hogares que poseen un automóvil con base en el valor del mismo. Este impuesto se aplica desde 1962 pero por mucho tiempo la población ha externado su descontento, pues considera que es injusto y que reduce los ingresos de las familias. Tras escuchar con atención estos reclamos, la actual Administración comprendió la necesidad de eliminarlo.
Al desaparecer la tenencia, se beneficia sobre todo a los hogares que más esfuerzo les cuesta adquirir un vehículo. Las familias con ingresos limitados tienen que ahorrar durante mucho tiempo o comprometer pagos a crédito por varios años para contar finalmente con un automóvil en su patrimonio. Por eso, la tenencia resulta un costo adicional que impacta negativamente en los bolsillos de la gente. Al liberar a los ciudadanos de esta carga se incrementa su ingreso disponible. Los hogares pueden estar en mejores condiciones para adquirir un automóvil o incluso, destinar ese ingreso a otros bienes y servicios.
Por ejemplo, una familia de ingreso medio que cuenta con un automóvil con cinco años de antigüedad y un valor de factura de 100 mil pesos, en 2011 tuvo que desembolsar 1,470 pesos por concepto de Tenencia Federal. Esto equivale al 2 por ciento del ingreso anual de la familia, lo que pudo haberse destinado a educación, medicinas o esparcimiento. [2]
Adicionalmente al decreto para eliminar la tenencia en 2012, actualmente el Gobierno Federal subsidia el pago de tenencia para autos nuevos desde junio de 2010, a través de un estímulo fiscal. Gracias a ello, en el último año las agencias de autos han podido acreditar el costo de la tenencia de un auto nuevo en sus propios impuestos —si el valor del automóvil no excede los 250 mil pesos— por lo que el consumidor final no enfrenta el costo de la tenencia al comprarlo.
Finalmente, vale la pena resaltar que los recursos recaudados por este concepto forman parte de los ingresos de las Entidades Federativas. Eliminar la tenencia implica que los gobiernos estatales tendrán que explorar nuevas fuentes de ingresos o realizar ajustes necesarios para cumplir los servicios que proveen a la población. Al respecto, los estados y el Distrito Federal podrán establecer impuestos locales sobre tenencia si les resulta conveniente. Es notable que varios estados hayan seguido el ejemplo de la federación y han abrogado sus respectivas tenencias. Al final, será responsabilidad de cada estado decidir cuáles son sus mecanismos óptimos de recaudación y determinar si continuarán obligando el pago de la tenencia.
[2] Corresponde al promedio de los deciles IV, V, y VI con base en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2008.
FUENTE: PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA
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