A pesar de la simplificación fiscal que las autoridades han puesto en marcha desde el año pasado, el sistema fiscal mexicano “es muy complejo” y sobre todo para las empresas.
Aura Hernández
A pesar de la simplificación fiscal que las autoridades han puesto en marcha desde el año pasado, el sistema fiscal mexicano “es muy complejo” y sobre todo para las empresas.
Héctor García, socio de impuestos y servicios legales de PriceWaterhouseCoopers, consideró que el ambiente fiscal es complicado por toda la información que el Servicio de Administración Tributaria solicita a los contribuyentes, a lo que se suman cambios muy recurrentes en las disposiciones fiscales y las formalidades que hay que cumplir.
Estimó que la simplificación realizada en los últimos meses ha ayudado a disminuir el número de horas para cumplir con las obligaciones fiscales y no tanto en impulsar la competitividad fiscal donde el país sigue “todavía a media tabla”.
Para Pedro Carreón, también socio de impuestos de la firma, esta “complejidad” es más marcada para las empresas que para las personas físicas. Esto, porque tienen una importante carga administrativa al tener que declarar tanto el Impuesto Sobre la Renta como el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) debido a que tiene que llevar dos registros.
“En la medida en que se elimine uno de esos dos impuestos va a ser más fácil”, afirmó en el marco del foro Aspectos de Actualización Fiscal 2011.
Carreón recomendó a las autoridades que sea el IETU el gravamen que se elimine, ya que al no ser acreditable en otros países significa un factor de riesgo para la competitividad del país.
Aunque el especialista aceptó que dicho gravamen permitió eliminar al Impuesto al Activo, el cual era todavía más nocivo, y ha representado ingresos para las arcas del gobierno.
Cabe destacar que este año las autoridades deben presentar un análisis sobre el IETU para decidir si se elimina o permanece.
Viable, propuesta fiscal del PRI
La propuesta de reforma fiscal que planea impulsar el Partido Revolucionario Institucional es viable, por basarse en impuestos.
Para Pedro Carreón, socio de impuestos de PriceWaterhouseCoopers, esta propuesta que aún no formaliza el partido político va en la dirección correcta ya que para que el sistema fiscal del país avance se necesita gravar con impuestos indirectos.
La iniciativa busca bajar la tasa del IVA a 12 por ciento y eliminar gran parte de las excepciones entre ellos alimentos y bebidas.
A esto se añade un impuesto de tres por ciento al consumo el cual permitiría que sean los mismos consumidores los que provoquen la fiscalización al pedir la factura y estar inscritos en el RFC para poder deducirlo.
“Es un 12 por ciento al IVA, pero con un tres por ciento de impuesto al consumo con la idea de que se devuelva cuando se pida comprobante”.
FUENTE: IMCP
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